Mis lecturas de octubre 2021

El infierno de los jemeres rojos – Denise Affonço

Denise Affonço fue una de las muchas víctimas de los jemeres rojos y vivió para contarlo. El problema de este tipo de narraciones es que, sorprendentemente, les falta dramatismo y es que cuenta las cosas que le pasaron, lo que vio, pero yo al menos no las logro visualizar, y encima me siento culpable… porque todo eso (y cosas peores) pasó.

Un testimonio de una tragedia que repetiremos las veces que haga falta, porque los seres humanos somos así.

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Tiempo después – José Luis Cuerda

Respeto y admiración para José Luis Cuerda y su capacidad para el absurdo.

Este libro no es la continuación de «Amanece que no es poco» (o no solo), es una imagen de un futuro muy presente y aún pasado plagado de personajes peculiares, situaciones absurdos y cantos tradicionales.

Si te gusta Cuerda, no te va a defraudar, si no te gusta… bueno, yo qué sé, hay gente pa tó.

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Mis lecturas de septiembre 2021

Más vale tarde…

La hija del optimista – Eudora Welty

¿Habéis visto «Lo que el viento se llevó»? Eso sur de EUA, con su buena gente blanca, pero buena de verdad, viviendo en sus casoplones, con amigos buenos, de toda la vida, el juez/senador, su negrita que les sirve encantada y esos advenedizos rednecks. Pues esto es «La hija del optimista», un listado de tópicos.

Cito…

Galardonada con el prestigioso Premio Pulitzer, La hija del optimista es, sin duda, la obra maestra de Eudora Welty.

Así que tú eliges.

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Como si todo hubiera pasado – Iban Zaldua

Vaya por delante que escribir relatos de lo que está pasando cuando está pasando y que no quede hecho un asquito, tiene un mérito terrible.

Estos cuarenta y dos cuentos son, y se nota, una agrupación de historias con un hilo común, pero que se nota que se han cogido de otros sitios con lo que el resultado final es algo desigual. Hay también formas de contar que se repiten, que no sé si son marca de la casa (esos viajes temporales con fantasmas, historias que han podido ser cruzándose) y algunos cuentos que me han gustado mucho (la de la muchacha que hace tours turísticos me ha encantado).

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Chavs – Owen Jones

Lo tenía pendiente y ya he marcado la muesca ;)

Vaya por delante que Margaret Thatcher no es santo de mi devoción y, realmente, creo que es culpable de casi todo lo malo que ha ocurrido en Gran Bretaña (Guayominí), en Europa y en el mundo entero. Aún así, Owen Jones la quiere menos que yo.

Me parece un buen relato de esa escoria blanca británica. Es parcial, pero creo que porque debe ser parcial, porque si no, si dejas un pequeño resquicio los van a volver a machacar. Orgullo de clase obrera que ya no trabaja porque les han destrozado: «Chavs: La demonización de la clase obrera».

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El camino – Miguel Delibes

Otro libro que tenía pendiente y, que igual ya me lo había leído, pero lo recordaba.

Me encanta la forma de contar de Delibes, así que por ahí no hay ninguna sorpresa. Igual lo que me ha sorprendido es que no es una novela, ni un relato, son pequeñas historias que comparten personajes y tiempo.

Siempre es recomendable leer a Delibes.

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Friday Black – Nana Kwane Adjei-Brenyah

Y llegamos a la (grata) sorpresa del mes.

Una colección de cuentos que ocurren en unos EUA no siempre tan distópicos, me temo. Los relatos tienen un punto de partida siempre original y diferente, con lo difícil que es esto. A mí, personalmente, me ha gustado el de esas personas que tienen que revivir en bucle eterno el día en que ocurrió la catástrofe nuclear.

Un libro distinto y que te puedes leer en una tarde bien aprovechada.

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Mis lecturas de agosto 2021

Agosto de viñetas (básicamente).

Palestina – Joe Sacco

Iba a cogerme un tebeo de Joe Sacco, así que mejor empezar por el principio: Palestina.

Palestina es un conjunto de artículos de cuando Sacco estuvo en Palestina. No esperes una historia, son fragmentos, un diario periodístico, en el que nos narra lo que ve durante su estancia a principios de los 90 en el territorio ocupado.

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Persépolis – Marjane Satrapi

Esto tampoco es una novela, es otro diario (más o menos) que nos sirve para entender mejor a Irán antes y después de la revolución islámica.

Marjane es una niña de una familia liberal con acceso a la vida cultural iraní, con implicación política de muchos (todos) de los miembros de su familia anterior a la revolución. La vemos crecer, vivir la guerra contra Irak, frustrarse con los cambios tras la caída del sha y con su desubicación en el Irán que le toca vivir o en la Europa a la que le mandan a estudiar.

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El mejor escritor de su generación – Juan Bonilla

Me costó entrar en la historia doble del libro: por un lado las penurias de un supuesto novelista incapaz de escribir una novela y, por otro lado, los retazos de esa novela.

A medida que avanza la narración y se hibridan los personajes el libro va ganando interés… que tampoco es una locura, pero bueno.

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Mis lecturas de julio 2021

Julio ha sido una locura de mes. He leído mucho y muy bueno.

Vía revolucionaria – Richard Yates

Tenía ganas de leer Vía Revolucionaria, pero no encontraba un hueco para ponerme. No sabía de qué iba el libro, pero por el título, esperaba una especie de road book o algo similar. Al final el título es el nombre de la calle en la que viven los protagonistas (que obviamente va con segundas) y, como tantos otros libros de la época, de lo que trata es de las crisis de pareja, blancos, de mediana edad, acomodados pero insatisfechos, de la farsa del sueño americano y… bueno todo eso.

Igual ahora mismo me quedan un poco lejanas este tipo de novelas, pero desde luego no me ha parecido un mal libro.

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En el nombre del padre – Luis Salvago

Hay que probar cosas nuevas, autores nuevos, libros distintos, por ejemplo este En el nombre del padre.

Con esta novela que prometía aventuras en el desierto, no he tenido mucha suerte. Hay novelas bien escritas pero que son totalmente planas, donde todos los personajes son espectadores y eso me ha pasado a mí con esta novela. Tánger en la época previa a la Guerra Civil, un padre comunista y oscuro, el protectorado español, el vuelo del Plus Ultra pasando delante de tus narices… y tú comiendo palomitas.

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Un amor – Sara Mesa

Bueno, bueno, bueno… y yo que me resistía a leer este pedazo de libro. Está escrito con una precisión fantástica y la historia y los giros, la transformación de la protagonista, me han encantado. Me lo leí en una tarde y siempre me queda la duda de cómo se sentirá un autor al que le ha costado meses y meses pulir el texto para que alguien lo lea en unas horas.

Deja lo que estés haciendo y sal corriendo a leerlo.

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Basilisco – Jon Bilbao

Después de leerme en febrero Bajo el influjo del cometa, he aguantado lo que he podido antes de coger otro libro de Jon Bilbao.

Basilisco mezcla historias oníricas del far west (del Oeste) con la vida actual del escritor, sus cositas y dramas familiares, existenciales, etc. Historias independientes pero entremezcladas y llenas de paralelismos, que dan unidad al libro.

Especialmente las historias del Oeste me han enganchado y no puedo dejar de ver a Dunbar caracterizado como Blueberry.

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Una dulce venganza – Jonas Jonasson

Si Ibañez escribiera una novela supongo que escribiría Una dulce venganza. Una especie de Mortadelo y Filemón sueco en la que, supongo, que el autor se ha divertido escribiéndola. Yo no tanto leyéndola, pero hay gente pa’ tó así que igual te gusta.

Yo prefiero leer Mortadelo y Filemón.

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Tienes que mirar – Anna Starobinets

No es una novela. Cuenta lo que pasó la escritora cuando tuvo que abortar, de cómo se gestiona esta situación en Rusia, cómo te trata el estado, los médicos y la sociedad y el contraste con otros sitios, en este caso Alemania, que es donde finalmente fue la escritora a abortar.

Lógicamente es una historia dura y debería servir para que las cosas cambien.

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El cuarto mono – J. D. Baker

La mayoría de las veces que cojo libros de esos de para pasar un rato me acabo cabreando. Lo que me entretiene un rato en series como CSI me aburren soberanamente en los libros. Mega-asesino chalado, asquerosito y súperinteligente, inspector de policía con sus problemas y compañeros fieles y todos los tópicos que se te ocurran.

Si te gustan este tipo de libros, lee La novia gitana, es igual de tópico pero al menos los royalties viajarán menos (espero).

La vida es corta y hay mucho por leer, elige otro libro.

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Certificados de Marca Verificada (VMC)

Uno de los grandes problemas con el correo es el phishing, donde en muchos casos se suplanta la identidad de una empresa conocida (un banco, empresa de hosting, etc.) para guiarte a una página donde puedan obtener tus credenciales, información de tu tarjeta, etc.

Los Certificados de Marca Verificada (VMC por sus siglas en inglés) representan un esfuerzo adicional para tratar de identificar al remitente y evitar que puedas considerar como válidos correos fraudulentos.

Para el usuario, se traducirá en que se mostrará una imagen de la marca asociada al remitente en los correos electrónicos.

Así se vería en Gmail el logotipo de "Bank of America" antes y después de BIMI.
Vía https://www.oppidumsecurity.com/blog/bimi-un-sceau-sur-vos-e-mails
Imagen del blog de Oppidum Security: logo de «Bank of America» con y sin BIMI

Qué son los Certificados de Marca Verificada (VMC)

Los VMC técnicamente son como un certificado de tipo EV (ver «Tipos de certificados de seguridad») con algunas validaciones extra:

  • Hay que confirmar que la marca de la empresa y de la imagen que usemos están legalmente registradas.
  • Proporcionar copias notariales de los documentos de identidad que confirmen la identidad de la persona de la organización que solicita el VMC.
  • Una entrevista personal o por vídeo llamada con la Autoridad Certificadora para confirmar que, efectivamente esos documentos son reales y asociados a la persona que solicita el certificado

Nadie dijo que fuera sencillo. Y todo ello para mostrar una imagen al lado del remitente de correo, una imagen verificada, certificada y controlada por la marca, tal y como indica la especificación BIMI (Brand Indicators for Message Identification). Porque aquí está la gracia: en asegurarse de que la imagen que aparece se corresponde con la marca y es ella quien la controla.

Qué es BIMI (Brand Indicators for Message Identification)

Cito:

Los indicadores de marca para la identificación de mensajes o BIMI (por sus siglas en inglés) son una especificación emergente para el correo electrónico que permite el uso de logotipos controlados por la marca en los clientes de correo electrónico compatibles. BIMI aprovecha el trabajo que una organización ha realizado para desplegar la protección DMARC, llevando los logotipos de las marcas a la bandeja de entrada del cliente. Para que el logotipo de la marca se muestre, el correo electrónico debe pasar las comprobaciones de autenticación DMARC, garantizando que el dominio de la organización no ha sido suplantado.

BIMI Group

Y aquí aparece otro concepto sobre el que sustentar BIMI: DMARC.

DMARC (Domain-based Message Authentication, Reporting & Conformance)

El protocolo DMARC (Domain-based Message Authentication, Reporting & Conformance) nos añade un nivel adicional de seguridad en el envío de los correos; es un indicador para decir si he otorgado o no permisos a un servidor para que envíe correos en nombre de un dominio que gestiono, un mecanismo de autenticación de correo electrónico diseñado para otorgar a los propietarios de dominios de correo electrónico la capacidad de proteger su dominio frente a su uso no autorizado. Cuando se recibe un correos, el servidor autentica el mensaje entrante de correo electrónico según las instrucciones publicadas por el propietario del dominio dentro de la entrada DNS. Si el correo electrónico pasa el proceso de autenticación, se entregará y se puede confiar en él. Si falla la verificación, el mensaje de correo electrónico podría ser entregado, puesto en cuarentena o rechazado (según las indicaciones del registro DMARC).

Aunque hay varios conceptos mezclados, muchos de ellos ya se están utilizando de forma habitual (como DMARC o el solicitar un certificado) y el resto es más laborioso que complicado. Baste la siguiente checklist para resumir el proceso.

Checklist para utilizar VMC y BIMI

  1. El dominio desde el que envíes los correos debe tener implementado DMARC con “p=quarantine” o “p=reject”.
  2. El logotipo que utilices debe estar registrado, debe ser una marca registrada
  3. El logotipo que se muestre y al que enlaces, debe ser SVG… pero no cualquiera, debe ser SVG Portable/Secure (SVG-P/S).
  4. Obtén el Certificado de Marca Verificada (VMC) para el dominio.
  5. Indica la entrada DNS de tipo TXT para referenciar los distintos elementos que será la que busquen los proveedores de correo que soporten BIMI:
    default._bimi.[domain] IN TXT “v=BIMI1; l=[SVG URL]; a=[PEM URL]

BIMI es un protocolo relativamente nuevo y hay algunos proveedores de correo importantes que, al menos por ahora, no lo utilizan, notablemente Microsoft y Yahoo. Puedes ver en la página de BIMI Group quienes están adheridos y usando la iniciativa.

Referencias y enlaces

  • BIMI Group. Especificaciones del protocolo BIMI y algunos recursos para crear los registros, archivos SVG, etc.
  • Digicert VMC. Por ahora son, junto con Entrust, la única CA que ofrece VMC.