Sobre la fidelidad a una marca

Si os dais cuenta, en las películas futuristas de los últimos años, además de pintarnos un futuro realmente negro (¿nadie es siquiera medianamente positivo sobre el futuro que nos espera?) hay una presencia más que notable de las marcas y, no solo eso, si no sobre el poder del marketing (algunas escenas de Minority Report).

Cada vez nos definimos más a través de las marcas y, a ser posible, en una dualidad que excluye todo lo demás (Android – iPhone, PP – PSOE, Barcelona – Real Madrid). Lo curioso es que nosotros hacemos gran parte de ese trabajo, posicionándonos en algún lado de esa barrera artificial defendiendo nuestro lado frente al otro. Lo que es lícito y necesario en, por ejemplo, el fútbol, no tiene ningún sentido en otros contextos. ¿Por qué compro un móvil de tipo A? ¿Porque es lo que necesito? ¿Porque el anterior era de tipo A? ¿Porque el A mola mucho más que el B y es el que tienen mis amigos? ¿Porque vuelvo a votar a B? ¿De verdad lo han hecho tan bien? ¿O es que si no va a ganar A?

Debemos ser conscientes de que somos utilizados, de que nos guiamos con las tripas y de que eso no nos beneficia en la mayoría de las situaciones. Cuesta tomar decisiones conscientes y hay situaciones en las que no merece la pena, pero no tiene ningún sentido defender a una marca solo porque tienes un coche de esa marca, ¡que se defiendan ellos mismos! Hay que tener en cuenta que para las marcas somos números y, en el mejor de los casos, consumidores a mantener para que hagamos gasto con ellos. No buscan nuestra felicidad, ni cubrir nuestras necesidades: buscan dinero de forma directa o indirecta.

En la medida de lo posible, compra de forma consciente:

  • Piensa qué es lo que necesitas. De forma objetiva. Un coche precioso… pero ahí es imposible meter a la familia.
  • Piensa lo que quieres gastar… y si merece la pena. Todo el mundo tiene un presupuesto, ajústate a él y, si no puedes, mira a ver si es más importante renunciar alguna característica o ampliar algo el presupuesto.
  • Aprovéchate de la experiencia propia y ajena. Aquí es donde es importante la marca, su reputación basada en hechos y experiencias de primera mano de gente con necesidades similares.

Lo que me resulta chocante de estas cosas es que entre todos nosotros procuramos conseguir lo máximo posible de los consumidores y nunca nos ponemos en esa piel de consumidores y en si nos gustaría que nos malearan de esa forma.

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